El inicio de la crisis financiera internacional, en septiembre de 2008, encontró a Masisa en pleno desarrollo de una inversión por US$ 145 millones para la construcción de una nueva planta de tableros en Montenegro, Brasil. En ese momento, según recuerda el gerente general de la firma, Roberto Salas, la compañía debió tomar una decisión: paralizar el proyecto –al igual que lo hicieron la mayoría de las empresas de distintos rubros- o continuar, pese a la coyuntura.
Sin embargo, la firma escogió el segundo camino y gracias a la puesta en marcha de la planta de Montenegro en junio, Masisa proyecta triplicar su actual participación en el mercado brasilero, el cual es una gran apuesta para firma, por su alto consumo interno de tableros, principalmente en la industria de muebles.
Al respecto, Salas precisa que actualmente la compañía produce cerca de 300.000 m3 de tableros al año en ese país, pero explica que gracias a la capacidad de la planta podrán llegar a 1.050.000 m3 anuales durante los próximos tres o cuatro años. “En un mercado de 6.000.000 de metros cúbicos tener una presencia de 300.000 m3 es realmente algo de nicho, y en el largo plazo dijimos que contra viento y marea teníamos que terminar esa inversión, y por eso frente a cualquier situación de crisis nosotros decidimos hacerlo”, agrega.
Salas proyecta que con el crecimiento de la producción en Brasil, también triplicarán sus ventas en ese mercado en los próximos tres años, alcanzando los US$ 300 millones. Esto, implicará que dicho país “debería representar cerca del 30% de las ventas totales de la empresa”, advierte y reconoce que su interés por este mercado es parte del mismo ánimo que llevó a Arauco hace algunos días a adquirir la firma de tableros Tafisa Brasil, que le permitirá duplicar su producción a 1,2 millón de m3 anuales.
Salas señala que si bien ellos también estuvieron interesados en Tafisa Brasil, ellos desecharon esa opción en julio de 2008, ya que “cuando profundizamos en los temas de fondo, desafortunadamente considerábamos que no era algo que para Masisa sería lo mejor”.
El ejecutivo lleva más de cinco meses en la gerencia general de Masisa, tras ejercer la presidencia de la compañía, como parte de un proceso de reestructuración administrativa.
En esa línea, manifiesta que tras su llegada a la gerencia se ha enfocado en cuatro pilares estratégicos: la innovación; orientar la empresa a las necesidades de los clientes; generar una mayor eficiencia en los costos y aumentar la liquidez de la operación.
De hecho, recuerda que desde antes de la crisis financiera, la empresa inició un proceso de reestructuración financiera, que incluyó la venta de activos, disminución de inventarios, desinversión y un aumento de capital por US$ 100 millones. “En el contexto de lo que la empresa logró reesructurar entre préstamos de corto plazo -que pasaron a largo plazo- o desinversiones que generaron caja, yo creo que nosotros superamos fácilmente los US$ 500 milones (en recaudación)”, detalla Salas y agrega que actualmente la compañía tiene una caja que supera los
US$ 130 millones.
El gerente general de Masisa, Roberto Salas, indica que la recuperación del sector comenzará en Brasil y Chile, debido a que en los últimos meses “hemos visto una recuperación en los niveles de volúmenes”, pero destaca que aún están lejos de los niveles de ventas pre crisis, ya que sólo en nuestro país éstas se contrajeron un 30%. A su vez, prevé que en el caso de Estados Unidos y México, “la recuperación será mucho más lenta”. El mercado estadounidense antes de la crisis representaba cerca de 17% de los ingresos de la compañía, pero ahora -dice Salas- “debe ser un 7% ó 9%, porque hay clientes que hay que mantener”.
El ejecutivo señala que la inversión por US$ 55 millones en su planta de Cabrero, está enfocada al abastecimiento del mercado nacional, Perú y Argentina de tableros MDP, “pensando que cuando la crisis comience a decantar y venga la recuperación, va a ser necesario una capacidad mayor en estos mercados”.
Masisa, al igual que otras empresas chilenas en Venezuela, ha debido enfrentar el retraso en el pago del dólares por parte de la Comisión Administradora de Divisas (Cadivi).
En el caso Masisa, la entidad estatal le adeuda US$ 30 millones, monto que se originó por el pago directo que la forestal realiza a sus proveedores de materias primas, lo que incluye transacciones que generan un diferencial de cambio.
Pese a ello, Salas manifiesta que “en las últimas semanas nos han aprobado un par de millones”, lo que precisa, “es una buena señal”.
El mercado venezolano representa cerca del 21% de las ventas de la firma controlada por el Grupo Nueva.
En 2008, la empresa sumó ventas por US$ 229 millones.
Publication: Diario Financiero
Provider: Diario Financiero
September 4, 2009
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