lunes, 4 de febrero de 2008

El naufragio de la Megafusión Falabella y D&S

Qué mejor reflejo de la perplejidad que existía en Falabella y D&S, que las caras de sus abogados caminando el mediodía del jueves por la calle Agustinas, en el centro de Santiago.

Acababan de salir del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), donde minutos antes el secretario del organismo, Javier Velozo, les había informado que, después de casi ocho meses de proceso, se rechazaba la que era considerada la gran fusión del año pasado.

Perplejidad porque en ambos gigantes del retail, y en el mercado en general, estaban convencidos de que ese mismo día celebrarían la luz verde a esta alianza estratégica. Al interior de sus cabezas sólo existía un escenario posible y ése era un sí a la fusión, pero con algunas restricciones. Nunca estuvieron preparados para enfrentarse a una decisión distinta.

Depositaron por completo su confianza en los argumentos que presentaron, pero sobre todo en el antecedente de que nunca, en sus casi cuatro años de funcionamiento, el organismo antimonopolios había rechazado una fusión. Ni siquiera cerró la puerta a aquellas que rozaban los límites de la competencia económica, como fue el caso de VTR y Metrópolis, a pocos meses del debut del tribunal.

“Fue una decisión realmente sorprendente”, expresa un abogado experto en legislación antimonopolios. “Sorpresiva principalmente porque nunca en ninguno de sus fallos había dejado tan en claro que existe una preocupante concentración en el retail y que ésta puede ser peligrosa para el mercado”, agrega el profesional.

NO AL CAMPEÓN NACIONAL “Este tribunal ha resuelto no aprobar la operación consultada, por no ser ésta compatible con la libre competencia”, dice una de las últimas y la más contundente de las frases del histórico fallo. En las páginas anteriores expone los argumentos en los que se basa la decisión (ver recuadro), precisando que no existen condiciones o medidas que compensen los daños que implicaría la operación.

Aldo González, economista de la Universidad de Chile y experto en retail, sostiene que la operación era inesperada, pero va en la dirección correcta. “Todos los riesgos que traería esta fusión son mucho mayores que sus potenciales beneficios”, explica el profesional, quien preparó uno de los informes que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó ante el tribunal y que fue clave en el proceso.

“Uno de los argumentos de Falabella y D&S era que los beneficios de las economías de escala que se darían con la alianza era que se traspasarían a los consumidores, pero nosotros hicimos ver que no necesariamente es así”, sostiene González.

Otro de los principales argumentos de los proponentes de la fusión era que la alianza estratégica ayudaría a la internacionalización de ambas empresas. Según el profesional, esta explicación es débil, “porque no es aceptable que para que una empresa sea mucho más competitiva en el exterior deba tener mayor poder en el mercado local. Ese es el clásico argumento del campeón nacional, que en Europa causa grandes dolores de cabeza”.

Todas estas tesis fueron desestimadas por el organismo antimonopolios. Sin embargo, el más contundente de sus argumentos y el que más llamó la atención entre los expertos fue su explicación del explosivo desarrollo en Chile del denominado “retail integrado”.

Según el economista Finn Samsing, este concepto explica la estrategia de los distribuidores minoristas a formar conglomerados integrados. Así lo han hecho Falabella y Cencosud, al incluir bajo sus paraguas negocios en las áreas de las tiendas por departamentos, supermercados, homecenters y alianzas estratégicas con farmacias y cualquier otro rubro que alcancen sus tentáculos.

“Esta estrategia la denuncié hace un par de años y su clave está en la utilización de una tarjeta común en todos estos negocios. Así buscan fidelizar a los consumidores y que éstos pasen a ser una especie de esclavos económicos. Creo que lo que se busca de fondo con esto es controlar, principalmente, el ingreso de la clase media a través del enredamiento con sus tarjetas en más de la mitad de sus necesidades de compra”, señala Samsing.

¿PUNTO DE INFLEXIÓN? Los expertos aseguran que este fallo y sus contundentes argumentos marcan un precedente y, tal vez, un punto de inflexión en la trayectoria del TDLC. Hasta el jueves pasado, al interior del mercado existía la fuerte convicción de que el tribunal nunca rechazaría una fusión. Cierto es que establece serias restricciones, pero jamás un rotundo cierre de puertas.

Más aún, en los últimos años en el empresariado chileno se extendió la idea de que tanto el TDLC como la FNE estaban endureciendo su mano, tesis que se profundizó el año pasado con las mitigaciones que el tribunal estableció en la alianza entre Colbún y Endesa para sus represas en Aysén, y con las restricciones que la fiscalía propuso para la fusión entre Falabella y D&S.

Por eso, varios empresarios recibieron el fallo como un balde de agua fría. “Hasta ahora los privados creían que era un derecho natural y propio de la actividad económica crecer sin límites, pero también saben que en economías más abiertas que las nuestras las fusiones se analizan y, si es necesario, se bloquean”, sostiene un experto en materias antimonopolios.

“Creo que con esta decisión el tribunal está intentando cambiar su imagen, porque hasta hace poco no había hecho mucho. Varias de sus resoluciones anteriores casi no tenían trascendencia, pero de un tiempo a esta parte, y más aún con este fallo, se nota que está tomando un cambio de rumbo. Pero creo que todavía falta mucho que profundizar en la protección de la competencia, sobre todo en materia de regulación”, manifiesta Samsing.

Aldo González también afirma que el fallo del tribunal es un punto de inflexión, pero que forma parte de un proceso de maduración de las autoridades antimonopolio. “Ahora la FNE también está haciendo recomendaciones y remedios que el mercado califica como mucho más severos”, asegura.

Cercanos al TDLC explican que en este tipo de procesos son claves los argumentos y los datos que presente cada una de las partes. Pese a que Falabella y D&S invirtieron millones de pesos en un staff de abogados y economistas de primer nivel Enrique Barros, Alexander Galetovic y Patricio Rojas, entre ellos , ante el tribunal sus argumentos no fueron convincentes.

Mucho más peso tuvieron las pruebas de la FNE, que en esta oportunidad presentó un estudio que encargó a los economistas de la Universidad de Chile Aldo González y Andrés Gómez-Lobo. Así lo ha hecho en gran parte de las actuaciones en que ha participado desde que Enrique Vergara pasó a encabezar el organismo, hace ya dos años.

“Esta vez la fiscalía aportó mayores antecedentes que en otras fusiones. De hecho, en los últimos años está teniendo una mayor solidez técnica y está contratando abogados y economistas muy prestigiosos. En todo caso, a la fiscalía le costó darse cuenta de que si quería ganar tenía que llegar mejor preparada”, señala un profesional cercano al tribunal.

Junto a los antecedentes que aportó la FNE, también fue fundamental el historial que tiene el retail en materia de competencia, y que el TDLC se preocupó de detallar en su fallo de 165 páginas. La denominada “guerra del plasma” en la que las multitiendas amenazaron a los proveedores por vender televisores y productos similares a través de los bancos y la demanda colectiva en contra de las casas comerciales por el cobro de intereses excesivos, son sólo un par de ellas.

“Cada mercado es distinto, pero en el retail han pasado situaciones como éstas y que el tribunal agregó como parte de sus argumentos”, señala González.

Un abogado que asesora a grandes compañías cuenta que, en todo caso, a Falabella y D&S la fiesta se les aguó años antes de que anunciaran su fusión. Más exactamente, cuando sus eternos rivales, Almacenes París y Cencosud, decidieron unir sus fuerzas. “Cuando eso sucedió, el mercado del retail quedó tan concentrado que no daba espacio para otra fusión de esa magnitud. Ahí el primero que dio el paso le cerró la puerta sus competidores y la hizo de oro”.

Publication: Diario La Nación
Provider: Diario La Nacion
Date: February 3, 2008

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